Para los y las jóvenes su identidad real y virtual se integran en una sola. Por eso es fundamental ofrecerles herramientas para que se protejan y se empoderen en sus versiones digitales y para que puedan compartir y convivir de una manera responsable y constructiva.
La tecnología nos da grandes oportunidades, si promovemos conductas responsables, ayudaremos a las personas jóvenes a aprovechar estos recursos como herramientas muy potentes para su desarrollo. El 92% de los adolescentes españoles de entre 14 y 16 años tiene un perfil en redes sociales que usan para sentirse integrados. (“Conectados” realizado por Google, Fad y BBVA, 2019). Para los y las jóvenes, las redes son un territorio en el que generan vínculos y relaciones y donde afianzan su personalidad.
Conoce nuestro proyecto contra los discursos de odio y la radicalización violenta en las redes.
Desafortunadamente, las redes se han convertido en un territorio en el que también se difunden mensajes intolerantes que buscan destruir y pisotear a los otros.
El discurso de odio se define como el “fomento, promoción o instigación, en cualquiera de sus formas, del odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas.” (Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia)Diariamente, las y los jóvenes se ven expuestos a este tipo de manifestaciones. La adolescencia es el momento más importante para la construcción de la identidad, es fundamental educar en el uso responsable de los recursos digitales para que puedan desarrollar papeles positivos y activos en los que fomenten discursos de paz y tolerancia y actúen como cibermediadores.
Qué podemos hacer como educadores/as, formadores/, padres, madres etc.?
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Nuestra labor fundamental es acompañar a las y los jóvenes para que conozcan y ejerzan sus derechos. En múltiples ocasiones, las personas han interiorizado la discriminación hasta el punto de no reconocerla. Otras veces, no saben cuales son los mecanismos de denuncia al verse afectados por una situación de violencia o discriminación.
Por esto, es vital empoderar a las potenciales víctimas para que estén protegidas a la vez que se comprometan y difundan mensajes positivos que los convertirán en referentes positivos para otros jóvenes.
Si trabajamos en la misma dirección, contribuiremos a que los y las jóvenes sepan cuáles son sus derechos y sus deberes y podremos acompañarlos en la conformación de una identidad digital positiva.
Juntos Somos Más.