Voluntariado Salesiano: Una perspectiva desde la juventud

Se podría decir que el voluntariado Salesiano empezó en la misma época de Don Bosco, cuando los cooperadores Salesianos colaboraban en la misión de formar buenos cristianos y honrados ciudadanos. Ahora el voluntariado como nosotros lo conocemos empezó a nivel mundial en Ecuador, cuando dos jóvenes fueron enviados en 1974, por un periodo de tiempo, a servir como voluntarios en la selva amazónica. En España, comenzó en 1994 creando la ONGD Jóvenes y Desarrollo.  Desde esa época, España ha enviado a más de 1.000 personas a colaborar con la misión de Don Bosco en varios países del mundo. 

 

Pero tal vez, algunos se preguntan: ¿Qué es el voluntariado Salesiano? Pues bien, es la oportunidad que tienen los jóvenes de entregar un año de servicio a la misión Salesiana. Esta experiencia es muy especial, ya que los jóvenes se sumergen en la vida comunitaria y junto a los Salesianos trabajan por los más pobres y necesitados. Esto es algo que muy pocas comunidades religiosas ofrecen a la juventud de hoy en día. 

 

Este cambio de vida que experimentan los jóvenes de ser estudiantes a ser colaboradores; de ser uno más de la clase a ser un referente en la misión; de vivir en la casa de sus padres y no tener más responsabilidades que estudiar a vivir en la comunidad y ser responsable de animar a los jóvenes y niños de la misión; de preocuparse únicamente de sus necesidades a ver las necesidades de sus destinatarios y entender que la realidad es subjetiva al lugar. Todas estas nuevas experiencias hacen que los jóvenes cambien la forma de ver la vida y las cosas. 

 

Todos estos momentos críticos, con un buen acompañamiento que se puede dar a través de «la palabrita en el oído» de la cual tanto nos habló Don Bosco, de la participación en los momentos de oración y convivencia diarios con los salesianos y salesianas y los retiros mensuales, hacen que el joven tenga el ambiente perfecto para un crecimiento personal y espiritual. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿el voluntario es únicamente un colaborador o también se convierte en uno de los destinatarios de la comunidad?  

 

A continuación presentaremos las habilidades que los ex voluntarios desarrollaron durante su experiencia, estas habilidades están enlistadas por el número de veces que fueron mencionadas al responder a la pregunta de cuál fue el beneficio más grande de realizar la experiencia del voluntariado: 

 

  • El conocimiento del ambiente, es decir, desarrollaron las habilidades de entender y comunicarse con otras personas;
  • El conocimiento de sí mismo, de quién es uno como persona y sus habilidades como individuo;
  • La relación que tienen con Dios mejoró durante la experiencia, son momentos de la vida en donde Dios es el común denominador y está allí cuando más se lo necesita
  • Se desarrollaron las habilidades de liderazgo que les han servido hasta ahora. 

 

Si bien el costo de parar un año de su vida, de no ir a la universidad con todos sus compañeros o de simplemente dejar su familia a un lado por experimentar el voluntariado es alto, podemos decir que los beneficios son exponenciales. En la misma investigación se demuestra que el 93% de los ex voluntarios hoy en día utilizan las habilidades aprendidas en la experiencia del voluntariado en su trabajo, el 69% tienen un título universitario y muchos adjudican que el cambio que hizo posible estos logros se dio durante la experiencia del voluntariado. 

 

Existen otros beneficios que todavía no se han logrado confirmar, pero pensamos es importante mencionarlos. Por ejemplo, del total de las personas que respondieron al cuestionario, el 1.6% se han divorciado, esto si lo comparamos con el promedio de divorcio a nivel mundial del 27.83% podríamos pensar que la experiencia del voluntariado contribuye a crear relaciones más estables. Esta información todavía debe ser estudiada a más profundidad.

 

Otro beneficio importante es que el voluntariado sirve como parte del proceso de discernimiento vocacional, en la muestra de ex voluntarios el 5.6% hoy en día son religiosos. Estas personas hicieron su opción definitiva tomando en cuenta lo que se vivió en el voluntariado.

 

Como conclusión podemos ver que el costo-beneficio de hacer un voluntariado no es alto, todo lo contrario, hay un beneficio mucho más alto al costo que se invierte.

 

 

Por Juan Carlos Montenegro