Como desde hace ya siete años el mes de enero termina en Echavacoiz con un grupo de voluntarios que se dedican a cargar un contenedor con alimentos no perecederos, ropa y material hospitalario con un destino fijo, Benín. Los salesianos, junto con la Fundación de Jóvenes y Desarrollo y la Asociación de Contenedores de Pamplona son los encargados de organizar y hacer llegar a su destino los bienes recibidos.
Una vez que las donaciones llegan a Benín son distribuidas por el Hogar para Niños de la calle, dirigido por los salesianos. En este hogar viven más de 200 jóvenes,que tienen la oportunidad de abandonar las calles, aprender un oficio y recibir cuidados médicos básicos. Los salesianos que encabezan este centro se encargan de impartir cursos de mecánica de motos, talleres de trabajar madera y aluminio, así como la técnica de la soldadura.
Son tres los contenedores que se envían al año, cada uno de ellos con una capacidad de 25 toneladas.
El primero en el mes de enero y los otros dos suelen mandarse entre los meses de febrero y abril. Este primer contenedor del año transporta 20 toneladas de alimentos recogidos en los diferentes colegios salesianos del norte de España. Estos centros comenzaron la campaña de recaudación de alimentos en el mes de noviembre y se extendió hasta antes de las fiestas de Navidad.
Durante este periodo los alumnos de los diferentes centros de la zona norte del país hacían sus aportaciones y también organizaban jornadas de recogida en los supermercados de sus ciudades. El segundo contenedor, que se tiene previsto para el mes de febrero,cuenta con una importante aportación de la comunidad andaluza, donde vive la madre de uno de los salesianos encargados del Hogar para Niños de la calle.
En los contenedores según afirma el delegado de la Fundación Jóvenes y Desarrollo, José Antonio Alemán Gómez, de 54 años, hay que ser selectivos con los alimentos que se envían, pues deben tener en cuenta las condiciones climáticas del viaje y del lugar de destino. Aunque más de una vez en el contenedor han viajado chocolate y gominolas, lo que prima es el envío de comida no perecedera y conservas. Alemán afirma que con el envío de comida no quieren erradicar un problema de alimentación, pues estos jóvenes no sufren desnutrición, sino tratar de equilibrar su dieta, pues la base de la misma se encuentra en el arroz y el maíz.
Alemán señala que hay que tener cuidado al cargar el envío,pues si todo el contenedor se llenase de comida, quedaría espacio sin aprovechar, pero por cuestiones legales y de seguridad no está permitido sobrepasar las 25 toneladas. Es por ello que en esta iniciativa también viaja ropa, herramientas, material para la realización de los diferentes talleres que se imparten, colchones, somieres y equipamiento médico.
Durante la jornada de ayer, mientras los voluntarios cargaban el contenedor que llegará a Benín, muchos recordaban a la parlamentaria navarra María Victoria Arraiza, fallecida el 17 de enero, pues según cuenta Alemán, desde hacía varios años nunca faltaba a ninguna de estas tres citas anuales.