Soy María Rosa Constans, tengo 79 años y el 1 de octubre de 2020 se cumplen 10 años de mi comienzo como voluntaria en Jóvenes y Desarrollo y Misiones Salesianas.
Mi primer contacto con Misiones Salesianas fue gracias a que, junto con mi esposo, apadrinamos dos niños en Bolivia. Al poco tiempo de comenzar el proceso fuimos a conocerlos y ver cómo se desarrollaba el tema apadrinamientos y allí fuimos recibidos y atendidos por los Hermanos Diez que estaban al cargo del Hogar Maria Auxiliadora.
Desde entonces se estableció una buena amistad con el Padre Luis que, cuando venía o regresaba, hacía de mensajero para algunas de las bolivianas que empezaban a llegar a España para trabajar. Los encuentros se hacían en la Sede Central de Ferraz y ahí fue cuando conocimos a toda la organización y su personal.
Pasó el tiempo y esa relación se afianzó. En el año 2010, después del fallecimiento de mi padre de cuyo cuidado me encargaba, el Director de Jóvenes y Desarrollo, D. Isaac Díez, me sugirió la idea de unirme al departamento de Voluntariado para echar una mano a Azucena, a quien yo ya conocía y era amiga. La idea me pareció excelente debido a que no soy amiga de la inactividad y esto me daba la oportunidad de conocer algo nuevo y sobre todo de prestar una ayuda a esas misiones a las que yo en mis años jóvenes hubiera querido pertenecer en activo.
Todo este tiempo que he colaborado con JYD ha supuesto una experiencia extraordinaria por dos motivos: uno ser útil en un lugar estupendo y otro el poder dedicar mi vida a una misión que pienso el Señor esperaba de mí.
Mi trabajo ha consistido en ayudar en todo lo posible al departamento de Voluntariado, conocer a los voluntarios que marchaban a los distintos proyectos y aportar mi experiencia, ya que con mi esposo estuvimos 3 meses ejerciendo en el Hogar María Auxiliadora de Cochabamba (Bolivia), así como mis conocimientos propios de mi edad y de toda una vida trabajando en oficina de viajes y de ejercer secretariado.
Quiero agradecer de todo corazón la oportunidad que se me ha dado de colaborar de algún modo con JyD y a las misiones que los salesianos tienen en todo el mundo. Doy gracias a Dios que a mis años me permite desarrollar una labor que creo es la que Él me tiene reservada para mí.Espero poder continuar haciendo algo útil mientras la salud y la mente me lo permitan