El viernes 16 de diciembre se celebró el XII Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer con centros docentes en la promoción de una Ciudadanía Global comprometida. La sede de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Madrid se vistió con sus mejores sonrisas. Las innovaciones pedagógicas volvieron a reunir a docentes con vocación por la transformación social.
Representantes de ONGDs y docentes asistieron a un evento donde la AECID recalcó su apuesta por el pensamiento crítico y la justicia social. Existe una urgencia por la consecución de un mundo más justo y sostenible libre de violencias y extremismos. El ODS 4 de los objetivos de Desarrollo Sostenible garantiza una educación intrusiva y de calidad para toda la vida. Con este edición de los premios se puso especial foco en la entrega y el compromiso del profesorado y sus proyectos educativos. Como propuesta a llevar a cabo, se insta a una educación que de soluciones locales y globales poniendo en el centro a las personas y el planeta.
Los quince centros premiados procedían de A Coruña, Ávila, Navarra, Valladolid, Alicante, Albacete, Las Palmas, Madrid, Santander, Tenerife y Valencia. Las personas premiadas recibieron un diploma acreditativo por su participación en el seminario de intercambio de experiencias. El galardón rinde homenaje al cooperante español Vicente Ferrer y premia año a año las experiencias educativas, proyectos o propuestas pedagógicas destinados a la sensibilización y concienciación para fomentar la participación activa del alumnado. Todo ello, en compromiso con los valores de la Agenda 2030.
Rebeca Goya y Miguel Moscoso fueron los profesores de Formación profesional en Salesianos Pamplona premiados en esta edición. El recurso de aula que generaron consiste en un dispositivo electrónico para personas disléxicas para trabajar las palabras y ser guiados por un educador. La alianza con el centro salesiano de Sarriá fue crucial. El centro se encargó de diseñar las carcasas desde el área de artes gráficas. «La convivencia con el grupo de docentes fue muy intensa y fructífera; ver cómo trabajan otros centros y ver que hay mucha gente que hace cosas parecidas a ti es motivador», insistía Rebeca Goya. Para ella, su inquietud como docentes radica en conseguir que las chicas y chicos enfoquen la mirada y que sus competencias vayan dirigidas más allá del mundo industrial y que se pueden tratar temas en otros ámbitos más sociales.
Haciendo un balance de lo que ha sido el proceso de aprendizaje mutuo, la profesora concluye: «Tengo mucha Ilusión y esperanza. Desde muchísimos ámbitos se sigue luchando por un mundo mejor no solo en lo local sino pensando de forma más global»
Los premios de Educación Vicente Ferrer surgieron en 2009. Paloma Montero, responsable del área de Educación para la Ciudadanía Global, ganó uno de los premios junto a otra profesora, Blanca Lindo, del colegio nuestra señora de Fátima. «Solidaridad con ritmo y color» fue el proyecto de educación no formal que presentaron. Para Montero lo relevante de este galardón es la posibilidad de generar redes. «La capacidad de meter en el currículum académico el enfoque de Ciudadanía Global permite ofrecer herramientas para lograr un mundo mejor». Según Paloma Montero es importante cuestionarse qué podemos hacer en el aula. «Si queremos formar un tipo de sociedad debemos analizar cómo hacemos las formaciones, analizar la propia programación ver con quién lo hacemos».