El Consejo General de la Abogacía ha concedido el Premio Derechos Humanos 2017, en la categoría Institución, al programa de los Salesianos Ciudad Don Bosco Medellín por su trabajo en la recuperación y reinserción social de los menores desvinculados del conflicto armado en Colombia. El director del centro, el salesiano Rafael Bejarano recogió el premio en Madrid.
El Consejo General de la Abogacía, a través de su fundación, reconoce la labor que desarrollan los Salesianos en la Casa de Protección Especial (CAPRE) para llevar a cabo el programa denominado ‘Construyendo sueños’ por el que los menores desvinculados de los grupos armados (FARC, ELM, ACCU) y las bandas criminales (BACRIM) superan su pasado violento y sus traumas, se reconcilian y se acercan a sus familias y se reintegran en la sociedad, cambiando armas por libros y pasando a ser los protagonistas de sus vidas.
La Fundación Jóvenes y Desarrollo (JyD) viene apoyando este Programa desde hace años y anualmente enviamos voluntarios dentro del Programa Juventud Vasca Cooperante. Desde nuestra Fundación propusimos el programa CAPRE para este galardón y estamos orgullosos de que haya sido premiado.
El galardón, concedido entre 27 candidatos de todo el mundo, reconoce el trabajo llevado a cabo hasta ahora por el cual se ha recuperado a más de 600 chicas menores de edad en los 16 años que lleva en funcionamiento este proyecto.
El programa ‘Construyendo sueños’ de Ciudad Don Bosco Medellín atiende a un máximo de 75 menores de edad entre los 14 y 18 años, chicos y chicas, que llegan a la Casa de Protección Especial con una formación militar, ausencia de cariño, sin infancia y con un grave retraso formativo al haber vivido en la selva.
Gracias a un clima de confianza, los menores van adquiriendo responsabilidades, hábitos y se despierta en ellos el compromiso de querer cambiar sus vidas al darse cuenta de que gracias a la educación pueden cumplir sus sueños al margen de la violencia. Con un gran equipo interdisciplinar de psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, médicos, nutricionistas… los menores realizan un proceso de restablecimiento de sus derechos y superación de sus miedos.
En el proceso de paz en el que vive inmerso el país, estos menores se han convertido en agentes constructores de paz y sus historias de redención son el mejor ejemplo de la paz en Colombia es posible.