Más de 15 personas de más de diez organizaciones se reunieron en el quinto encuentro de la Mesa de Expertas. Sesiones de trabajo que se enmarcan dentro del proyecto Enrédate por la interculturalidad, que realizamos junto a la ONGD Bosco Global y con el apoyo de la AECID.
En esta ocasión, la reflexión comenzó con la pregunta lanzada por la facilitadora de la sesión: “¿Cuándo fue la primera vez que te sentiste blanco?” Los y las participantes exploraron cómo nuestros valores y acciones están asentadas en prejuicios y estereotipos.
“Las razas es un concepto que biológicamente no existe”, explicaba una de las participantes. “Todos somos personas, seres humanos… Yo no veo colores de piel diferentes, veo personas”, añadía.
La palabra “racismo”, se llegó a la conclusión, lleva en sí una gran carga por detrás. Hablar de racismo es hablar de poder, de supremacía blanca, de que sentirse superior al otro e, incluso, del no reconocimiento al otro como persona.
Ante la realidad actual en la que el racismo y los discursos de odio aumentan, los y las participantes en la Mesa de Expertas debatieron sobre posibles medidas urgentes a tomar para revertir esta narrativa de odio al diferente. Las aulas surgieron como uno de los primeros lugares donde trabajar. “Hay que hacerlo de una manera más explícita. Es una recomendación de la Unesco, que no estamos cumpliendo. No sólo hay que hacer talleres de empatía si no hablar de esos discursos de odio”, explicaba un participante.

La partida para prevenir discursos de odio se juega en las aulas, pero también en otras esferas, como la familia, los medios o las redes sociales
También la Administración fue señalada como espacio en el que tomar medidas de mejora. “Hay muchas trabas administrativas para la persona que no tiene un DNI. No se tienen en cuenta las necesidades de otras personas, los idiomas para comunicarse mejor con ellas… España es un país diverso y la Administración no está adaptándose a las nuevas situaciones”, reclamaba otra participante.
Otra de las participantes destacó que “la partida para prevenir los dicursos de odio y generar nuevas narrativas no sólo se juega en el sistema educativo y en las políticas públicas, también en otras esferas como la familia, los medios de comunicación o las redes sociales”.
La sesión finalizó con grupos de trabajo que compartieron inquietudes y mejora en tres ámbitos: la educación, la juventud y los medios de comunicación. Se habló sobre el papel importante que va a jugar la IA y sobre la necesidad de educar a los y las jóvenes a tener un pensamiento crítico, a no propagar desinformación, a ser capaces de tomar conciencia de los discursos de odio normalizados… También se destacó como prioridad que los medios de comunicación tienen que dejar a un lado los clickbaits y trabajar por el derecho al acceso a la información que tiene la ciudadanía y apostar por nuevas narrativas que no propaguen discursos de odio hacia las personas diferentes a lo normativo.