Haití: la juventud como motor de cambio

 

Antes del huracán Matthew, Haití ya luchaba por su reconstrucción.  Hace 6 años un violento terremoto de 7 grados de la escala Richter, sacudió uno de los países más pobres del mundo dejando, según los datos oficiales, más de 222.750  personas fallecidasunas 300.000 heridas  y alrededor de 1,7 millones sin techo.  

Aquel 12 de enero del 2010, el terremoto rompió el silencio sobre este país que fue la perla de las Antillas y la primera república “negra” del mundo. Hoy Haití se está reconstruyendo después del seísmo… ¡y no solo eso

En octubre del mismo año se difunde una epidemia de cólera que, hasta ahora, ha causado la muerte de 9.300 personas.

Una sucesión de desastres políticos, problemas económicos y sociales, catástrofes naturales y crisis humanitarias lo han llevado a ocupar el puesto 163 sobre 188 países clasificados por su Índice de Desarrollo Humano (IDH), según los últimos datos del PNUD.

Con casi 54% de sus 11 millones de habitantes viviendo bajo el umbral de la pobreza extrema fijada en 1,90 dólares al díaes uno de los países más densamente poblado y con mayor desigualdad social del continente americanodonde la expectativa media de vida es de tan solo 63 años. Su tasa de alfabetización también es de las más bajas: las personas adultas alfabetizadas no llegan al 49%.

Seis años después del terremoto Haití, es otra vez una isla olvidada, aunque los medios de comunicación han dejado de ocuparse del tema, las condiciones de vida de mucha gente siguen siendo muy complicadas y el acceso a los servicios básicos limitado, mientras alrededor de 60.000 personas siguen viviendo en campamentos, según los últimos datos accesibles de la OIM

 

La epidemia de cólera todavía no ha acabadoAlrededor de 3,6 millones de haitianos se están enfrentando a una inseguridad alimentaria muy grave debida a la falta de producción agrícola y a las sequías prolongadas causadas por el fenómeno climático del Niño. El país está pasando por una grave crisis política y electoral que está generando una agudización de la violencia social.

 

Quienes están pagando el precio más alto de esta serie de catástrofes humanas y naturales son la infancia y la juventud que están construyendo su futuro, y que constituyen la mayoría de la población haitiana. Porque la población de Haití es muy joven y más del 50% de ella está constituida por niños, niñas y jóvenes con menos de 18 años.

 

Jóvenes y Desarrollo empezó a apoyar a los salesianos en Haití después del terremoto que golpeó gravemente la ya dura realidad en la que ellos trabajaban desde el 1936 para dar una oportunidad de futuro a miles de jóvenes en contextos de extrema pobreza. Estcooperación, que empezó con acciones de respuesta a la situación de urgencia post-seísmoluego se ha consolidado en proyectos orientados a apoyar la reconstrucción y la reforma del sistema de Formación Profesional (FP). 

Con este espíritu, en 2011 comenzamos la colaboración con Caritas Españolay juntos decidimos apostar por los y las jóvenes como actores clave de la reconstrucción –no solo material– de Haití, como principal motor de cambio para un futuro más justo para todos y todas.

El camino recorrido en estos casi cuatro años se ha enfocado en dar respuestas concretas  a la necesidad de ofrecer una formación profesional de calidad miles de jóvenes, especialmente aquellos y aquellas en condición de mayor vulnerabilidad, como medio para lograr una inserción laboral y un futuro digno y como herramienta de combate de la pobreza.

Esto se ha hecho en un contexto muy complicado para el sistema educativo, duramente afectado por el terremoto. En el cual la oferta en materia de formación profesional es muy débil en relación al número de jóvenes que necesitarían un trabajo las instituciones públicas competentes no disponen de los recursos humanos y materiales para realizar su labor. Solo 190 escuelas profesionales en todo el país están reconocidas por el Instituto Nacional de la Formación Profesional (INFP), el organismo  ministerial encargado de la “regulación” de este sector. De estas sólo 24 son públicas, porque en Haití alrededor del 90% de las escuelas son privadas y  los gastos de matrícula constituyen una barrera para el acceso a la educación de un gran número de jóvenes.

 

En este contexto, en enero de 2013 se empezó el Programa “Contribuir al refuerzo del Sistema de FP de Haití a través de la Red Salesiana de Centros de FP en coordinación con el Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional de Haití”, que a día de hoy acaba de empezar su cuarta fase que está incidiendo en una serie de líneas de mejora como son el refuerzo de las capacidades localesla mejora del acceso a la FP, la mejora de la oferta formativa y de los recursos humanos, y la orientación y el acompañamiento al mundo del trabajo.

 

Con 9 escuelas profesionales, 21 especialidades y 5 niveles de formación, la Red Salesiana de Centros de FP llega a los y las jóvenes de 4 departamentos del país. Cada año tiene más de 3.000 estudiantes en formación y desde el principio del Programa se han asignado casi 700 becas anuales a jóvenes de escasos recursos económicos para que puedan acceder a un curso de FP.

Junto al personal docente y directivo de las escuelas profesionales hemos empezado una experiencia de reforma del sistema muy ambiciosa, cuyos alcances se están trasfiriendo al sistema educativo público, gracias al trabajo coordinado y a la socialización de los procesos y resultados con el INFP.

De todas las acciones que se están realizando en el marco del Programa, la más ambiciosa ha sido redefinir el modelo educativo en vigor y adaptarlo al “Enfoque Basado en Competencias”, una metodología más práctica que deja atrás la mera memorización teórica para basarse en la adquisición de conocimientos a través de la acción, centrándose en las situaciones que los estudiantes tendrán que ser capaces de resolver eficazmente al final de su proceso educativo.

 

Para conseguir esta “revolución educativa se ha ido trabajando para adaptar los currículos y los materiales pedagógicos, a la vez que se está formando el personal docente a la aplicación de la nueva metodología. Hasta el día de hoy se han formado casi 200 personas entre personal directivo y docentes, tanto de escuelas salesianas como públicas.

A pesar de las dificultades y de las resistencias iniciales, poco a poco el personal docente va entendiendo la importancia del proceso de cambio que está viviendo y se está implicando en ello con entusiasmono obstante del esfuerzo y de la carga de trabajo extra que eso supone. Ahora verles en clase, motivados y contentos de aprender, es una satisfacción enorme y la imagen más emblemática del Programa.

A pesar de que queda aún un largo camino, percibimos que las personas destinatarias se han apropiado del proyecto, y eso nos proporciona la serenidad de saber que cuando nos marchemos dejaremos capacidades instaladas y unos resultados que perduraran en el tiempo.

 

 

Grazia Lapescara 

Coordinadora de Programa de JyD en Haití