En el mundo hay miles de personas que viven en situación de crisis y emergencia: desastres naturales, conflictos armados, epidemias, hambrunas…
Sin embargo, aunque en un primer momento despierten gran interés, la mayor parte de estas emergencias cae rápidamente en el olvido y son sustituidas por nuevas crisis. Se olvidan demasiado pronto, cuando son procesos que muchas veces duran años.
¿Qué pasó con Haití, Filipinas, Nepal o la epidemia de ébola? Son crisis olvidadas. No hay un seguimiento de las mismas en los medios de comunicación para poder conocer su evolución.
HAITÍ – Terremoto 2010: 316.000 muertos y más de 1,5 millones de personas quedaron sin hogar. Los Salesianos apoyaron en la reconstrucción de escuelas, centros de formación e infraestructuras destinadas a los más desfavorecidos y continúan ayudando a la población mediante proyectos educativos.
FILIPINAS – Tifón Haiyan 2013: dejó 6.300 muertos y el país arrasado. Los Salesianos apoyaron en la reconstrucción de casas, construcción de refugios y otras instalaciones. Actualmente trabajan en proyectos educativos y de formación que ofrecen oportunidades de trabajo para los jóvenes que vieron sus vidas interrumpidas.
NEPAL-Terremoto de 2015: dejó 7.500 muertos y 4.200 escuelas destruidas. Los Salesianos siguen apoyando en la reconstrucción de escuelas junto a los jóvenes nepalís.
EPIDEMIA DE ÉBOLA – 4.809 muertos en Liberia, 3.956 muertos en Sierra Leona, 2.543 muertos en Guinea Conakry. 2 millones de niños y niñas perdieron el curso escolar (2014-2016). Los Salesianos continúan su labor dirigida a los más vulnerables, acogiendo a los niños y niñas que quedaron huérfanos a causa de la epidemia.
REPÚBLICA CENTROAFRICANA – (desde 2012): Aproximadamente 10.000 niños y niñas han sido reclutados por las fuerzas en conflicto y las tasas de mortalidad superan el umbral de emergencia, la atención médica es escasa. Los Salesianos de Bangui, que acogieron a más de 65.000 personas en peligro, continúan su labor hacia los más vulnerables, a través de proyectos educativos, ofreciendo atención psicológica a los jóvenes víctimas del conflicto. Pese a la dramática situación, la población centroafricana ha sido olvidada por la comunidad internacional.
Con tantas crisis en la actualidad – como el conflicto en Siria – hay situaciones que reciben muy poca atención mediática, son crisis que pasan inadvertidas, que quedan silenciadas, muchas ni siquiera llegan a los titulares. Son precisamente estos “pequeños” desastres los más frecuentes, los que provocan más pérdidas económicas y humanas: el conflicto étnico en Gambella (Etiopia), la crisis de menores migrantes en Centroamérica, el éxodo masivo en Eritrea, desplazados en Colombia, crisis de Diffa, Somalia… conflictos con un gran impacto en las vidas de miles de personas. Al sufrimiento de estas personas hay que sumar la falta interés y la falta de respuesta. Que no se hable de ella en los medios, no quiere decir que no estén en permanente emergencia.
Hay otros lugares donde las crisis se han convertido en la norma, hay emergencias que duran años, incluso décadas, que se vuelven crónicas, como la crisis humanitaria que atraviesa actualmente Etiopia.
En Etiopia, la vida de más de 10 millones de personas se encuentra en grave peligro debido a la severa sequia que azota actualmente el país africano, de los cuales más de 5 millones son menores.
Es uno de los países más afectados por el fenómeno climático conocido como El Niño, fenómeno que altera los patrones meteorológicos en muchas partes del mundo, el cual ha dado lugar a una de las sequias calificada como “la peor en 30 años”, algo dramático para un país en el que 8 de cada 10 personas dependen de la agricultura. Han sido ya 2 cosechas consecutivas sin poderse recoger por la falta de lluvias.
La situación es crítica también para los que dependen del ganado, cientos de animales han muerto, lo cual está provocando que miles de hogares estén perdiendo además sus medios de vida.
Crece de forma alarmante la preocupación por la protección infantil. Actualmente, casi 2.100.000 niños y niñas en edad escolar son afectados por la sequía. “En esta situación los niños y niñas dejan de ir al colegio para ayudar a sus familias recogiendo agua o con el ganado” según explica el Padre Estifanos Gebremeskel, Superior de la Provincia Salesiana de Etiopia. Multitud de escuelas permanecen cerradas. Más de 400.000 niños y niñas están afectados de malnutrición severa. Algunas zonas de Tigray, Afar y la región Somalí se encuentran ya en situación de emergencia, el paso previo a la declaración de hambruna.
La devastadora sequía fuerza a muchos etíopes a emigrar hacia ciudades como Addis Abeba o Mekelle e incluso a abandonar el país, siendo en este contexto víctimas de la desesperación, especialmente vulnerables a la migración ilegal, la explotación y los traficantes de seres humanos, que aprovechan para beneficiarse de estas situaciones de crisis.
Las últimas noticias que nos llegan desde Etiopía hablan de fuertes lluvias que han empezado a caer en algunas zonas del Sur del país, fuera de temporada y de forma desproporcionada, provocadas por el fenómeno El Niño, que están causando graves daños y corrimientos de tierras, dificultando así el transporte de alimentos y ayuda humanitaria a zonas afectadas por la sequía.
¿Qué estamos haciendo?
En Jóvenes y Desarrollo centramos nuestra atención y esfuerzos en la población más vulnerable, para enfrentar esta crisis nos hemos unido a la campaña puesta en marcha por los Salesianos de Don Bosco, que llevan más de 50 años trabajando en Etiopia y la ONG Salesiana VIS para apoyar a la población más afectada de las zonas de Oromia, Tigray, Somalí y la región de Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur. Se está distribuyendo agua, principalmente en escuelas; comprando y distribuyendo alimentos energéticos multivitamínicos -especialmente para niños y niñas desnutridos- a más de 40.000 personas y actualmente se planifican las intervenciones a medio y largo plazo: construcción de nuevos pozos y rehabilitación de los ya existentes.
Con esta campaña pretendemos además rescatar a la población etíope del olvido que con frecuencia les castiga, con el fin de lograr cambios que les beneficien.
Si quieres colaborar para que la emergencia en Etiopia no se convierta en invisible, puedes hacerlo aquí: http://jovenesydesarrollo2.org/etiopia