En Entrevista: Armando Tzul, Fundación Talita Kumi (Guatemala) 2ª Parte

Salud femenina: combate a la mortalidad materna y la desnutrición

En el tema de salud es necesario partir de que «la mortalidad materna de Guatemala es la segunda más alta de Latinoamérica. Pero al trabajar en estos procesos, se hace de una manera preventiva». Así, intentando ser eficientes y resolutivos, hace unos años propusieron al gobierno «una estrategia de enfermeros y médicos ambulantes. Tuvimos el apoyo durante muchos años, pero el año pasado se retiró. Y esa es otra lucha que estamos empezando a hacer de nuevo, porque en las comunidades no hay ni siquiera presencia de enfermeros o médicos de manera ambulatoria».

En la cuestión de los partos, «todo lo que Talita Kumi hace, es parte del saber comunitario. Nosotros partimos de lo que la comunidad hace, pero nosotros, digamos, nos centramos en algunas cuestiones técnicas de higiene, de equipo… En todo lo que hacemos, lo que llevamos son algunas técnicas que mejoren el proceso, pero la esencia es la que ya tiene la comunidad. No podemos romper una tradición de muchos cientos de años porque nuestra visión sea diferente a la cosmovisión de ellos. Entonces, partimos de lo que la gente sabe, desde su cosmovisión siempre. Siempre. Y ya, luego, hacemos lo que haga falta, pero sin entrar en choque con lo que ya ellos hacen».

Por otro lado, es necesario ser consciente de que «la mujer es la que menos come y la que más desnutrición sufre. La mujer es la que siempre está peor. Y en todo es así».

El voluntariado: fuerza y compromiso

Para llevar a cabo los proyectos de Talita Kumi es fundamental el equipo humano que lo conforma. De esta manera, «la fuerza que tienen los programas es gracias a las voluntarias y los voluntarios de las comunidades. Lo que reciben los beneficiarios de ellos es lo que decíamos: apoyo y asistencia técnica, capacitación, acompañamiento, motivación… porque, en el caso de la mujer, para una señora que siempre ha estado en su casa, que nunca ha tenido otro rol fuera, para que pueda pasar a tener un rol de protagonismo en su comunidad… es necesario contactar y sensibilizar a las autoridades comunitarias, a los esposos y los hermanos».

Actualmente es gracias a 250 personas contratadas y aproximadamente 2.000 voluntarios que se posibilita la atención en 1.200 comunidades rurales de forma eficaz.

 

«Que todos se levanten, que nadie se quede atrás»

 

Mujeres protagonistas del desarrollo

Además de la asistencia técnica en la producción y apoyo en la comercialización de la producción de las familias, Talita Kumi otorga microcréditos sin exigir garantía y orienta a las familias para su manejo adecuado.

Una de las singularidades del modelo es que «cuando las familias empiezan a ver que su inversión no es para dentro de 5 años, si no que son instantáneos, hay una mejor recepción. Las señoritas se convierten en un agente de cambio a través de darle asistencia técnica a su familia, decirle cómo pueden duplicar su producción de maíz en la misma extensión de tierra, cómo intensifican su producción sin gastar más, cómo preparar alimentos más ricos con los mismos recursos que ahí tienen y cómo generar un poco más ingresos. Estas familias nos sirven de ejemplo para las demás, para las comunidades nuevas. Todo esto es lo que ha hecho el programa sostenible. Consideramos el contexto, los proyectos productivos y el rol de la mujer en la toma de decisiones, como los elementos de nuestro modelo de trabajo».

Un modelo de utilidad global: la persona como centro

El modelo que desarrolla Talita Kumi tiene resultados. Y se ejemplifican en historias con nombre y apellido, que narran la transformación de vidas y entornos. Armando recuerda la de «un joven que está estudiando en la universidad. Pero lo emocionante del caso de él, se llama Ángel, es que tiene a diez agricultores dándoles trabajo y produce frituras, los vende en el pueblo y empieza a ser un empresario, por lo que varias familias viven a través del trabajo que él ha generado.  Ese joven ha sido formado en nuestra institución. Y gracias a la educación, ahora genera empleo para 10 familias… Yo me sorprendí. Es muchísimo para las actuales condiciones precarias que tienen por sí mismas las empresas y el empleo en Guatemala».

Otra historia es la de «Esperanza, que ahorita está en su primer año de universidad. Le puso a su empresa “El color Esperanza” y da asistencia técnica a las señoras que producen tejidos típicos. Ella los está comprando y luego los comercializa. Son aproximadamente 12 o 13 señoras que antes no tenían donde vender y ella por su cuenta buscó asistencia técnica. Trabaja mucho las artesanías y las señoras ahora tienen a alguien que les paga un precio más justo. En este caso, las señoras ganan y se ven muy motivadas y ella gana a través de esta intervención. Estas son solo algunas historias, pero como estas hay muchas».

Armando afirma que crear la figura del emprendedor es parte de lo que trabajan en su modelo y que, de alguna manera, «para propiciar las historias, es necesario que sean emprendedores. Es de las cosas que al equipo nos satisfacen».

Sobre el modelo de trabajo, subraya «en este caso, Guatemala y la institución, pueden hacer algo por el resto del mundo. El modelo no es solo funcional en Guatemala. Es un modelo que tiene elementos que pueden contextualizarse y aplicarse en otras regiones (…) digamos que la estrategia de trabajo y las metodologías, se pueden compartir, son replicables. Y esto es lo que nos motiva».

Por último, Armando cierra con una frase que condensa todo el trabajo de Talita Kumi: «Que todos se levanten, que nadie se quede atrás (Popol Vuh)»

 

Lee aquí la primera parte…