Día Internacional de la Mujer. Invertir en su educación para acelerar el progreso de la sociedad

La pobreza, el analfabetismo y también la desigualdad continúan teniendo rostro de mujer en el mundo. La conmemoración, hoy, del Día Internacional de la Mujer, este año con el lema ‘Invertir en las mujeres, acelerar el progreso’, debe servir para concienciar, conseguir la igualdad real y poner en valor su decisivo papel en la sociedad. La educación es la mejor herramienta para que las niñas del presente se conviertan en jóvenes responsables y en mujeres capaces de cambiar su futuro y en ser protagonistas de sus vidas. Las mujeres son líderes de sus familias, de sus comunidades y reclaman oportunidades educativas para desarrollarse y transformar la realidad en la que viven.

Las mujeres representan la mitad de la población mundial, pero las más de 3.600 millones de niñas, adolecentes, jóvenes y mayores viven en condiciones muy distintas según la zona en la que se encuentren. El 70% de los mil millones de personas que viven bajo el umbral de pobreza son mujeres… Hay 120 millones de menores y adolescentes que no van a la escuela, y más de la mitad son mujeres… De los 773 millones de personas analfabetas en el mundo, dos terceras partes son mujeres.

Y es que cifras hay muchas más: matrimonios precoces, violencia, mutilación genital, desigualdad salarial, discriminación… por eso, en el Día Internacional de la Mujer, desde Jóvenes y Desarrollo denunciamos las injusticias que sufren muchas mujeres y que han aumentado en los últimos años por la pandemia. Pero sobre todo queremos visibilizar su labor y reclamar igualdad de derechos, de oportunidades y de desarrollo para que las mujeres sean reconocidas por el liderazgo que ejercen.  

El lema de Naciones Unidas para este día es Invertir en las mujeres, acelerar el progreso, porque la igualdad de género sigue siendo el mayor reto en materia de Derechos Humanos. Invertir en las mujeres es la piedra angular para crear sociedades inclusivas, porque los avances para las mujeres benefician a todo el mundo.

Desde 2020, la pandemia, los conflictos, los desastres climáticos y las crisis económicas han empujado a 75 millones de personas más a la pobreza severa. Si sigue esta tendencia, 342 millones de mujeres y niñas podrían vivir por debajo del umbral de la pobreza en 2030. Es crucial, por tanto, actuar de inmediato para evitarlo.

Está demostrado que una niña que estudia se casará más tarde, tendrá menos hijos, dará mejor atención y alimentación a su familia y participará de manera más activa en su comunidad. La educación de las niñas rompe con el círculo vicioso de la pobreza. La formación y la independencia económica de las mujeres son dos factores fundamentales para conseguir el desarrollo de la comunidad en la que vive.

En los últimos cuatro años, desde Jóvenes y Desarrollo hemos desarrollado 9 proyectos en 5 países destinados a las mujeres y con casi 83.000 beneficiarias, la gran mayoría en situación de vulnerabilidad. Casi cinco millones de euros han permitido que reciban apoyo y formación para su desarrollo, que reciban cursos de alfabetización, liderazgo, becas de estudio, empoderamiento, acceso a la formación profesional, capacitación para emprender, apoyo sanitario, lucha contra la violencia de género, protección y reintegración…