Jóvenes y Desarrollo, en colaboración con la iniciativa BBVA SUMA, ha puesto en marcha un crowdfunding para la recaudación de fondos que irán destinados a mejorar las condiciones de nutrición de 135 niños de los barrios más deprimidos de Puerto Príncipe, en Haití.
El proyecto pretende contribuir a la mejora de las condiciones nutricionales de 135 niños y niñas de edades comprendidas entre 3 y 9 años, procedentes de las dos barriadas más grandes de chabolas de Puerto Príncipe (La Saline y Cité Soleil), que frecuentan la Obra de Pequeñas Escuelitas del Padre Bohnen (OPEPB), una red de 50 escuelitas que la comunidad salesiana en Haití gestiona desde el 1954 para ofrecer una educación a los niños y niñas en situación de mayor vulnerabilidad.
El violento terremoto que en enero del 2010 destruyó el país causando la muerte de 300.000 personas, afectó duramente a los dos barrios donde se va a ejecutar el proyecto.
La mayoría de las familias, ya de por si pobres, perdieron todas sus pertenencias y sus medios de subsistencia. Para estas personas, eso significó también la perdida de la capacidad de alimentar a sus hijos e hijas y de enviarlos/as a la escuela.
La mayoría de estos/as menores son víctimas de desnutrición aguda: estas familias sin empleo y sin recursos no pueden garantizarles a veces ni una comida diaria. Muchos de ellos y ellas sufren los problemas de salud relacionados con la condición de desnutrición, como retrasos mentales, raquitismo, bajos anticuerpos, tuberculosis, enfermedades de la piel, bronquitis.
El proyecto se basa en la idea que para que puedan estudiar y aprender, los niños y niñas necesitan antes satisfacer sus necesidades básicas de alimentación. Por eso, desde el proyecto se les brindará apoyo nutricional proporcionándoles todos los días un desayuno y un almuerzo caliente. Para la mayor parte de ellos y ellas comer en la escuela es la única forma de asegurarse una comida diaria.
El hecho de darle de comer a los niños y niñas, además de ser una manera de garantizar su derecho a una alimentación adecuada, condición imprescindible para que puedan crecer, desarrollarse y rendir en la escuela, constituye un incentivo para las familias, que a menudo no entienden la importancia de la educación para el futuro de sus hijos e hijas.
Al proporcionarle un desayuno y un plato de comida caliente a diario, los padres y madres se verán motivados/as a enviar a sus hijos e hijas a la escuela.
La mejora de la situación nutricional de los niños y niñas contribuirá a reducir los niveles de desnutrición y las enfermedades relacionadas con ellos. La mejora de sus condiciones de salud favorecerá el aprendizaje y mejorará sus capacidades cognitivas.
Además al constituir un incentivo para las familias, que se asegurarán que sus hijos e hijas pueden comer a diario, aumentarán las posibilidades de que puedan permanecer en el sistema educativo. La educación es una estrategia para salir de la pobreza y para poder cambiar su futuro. Además, acudir a la escuela permitirá a los niños y niñas socializar y desarrollar relaciones con otros niños y niñas, un importante mecanismo de rehabilitación y de normalización psicológica que los ayudará a superar los traumas causados por el terremoto.
Para más informaciones sobre la OPEPB, ver la página web: http://www.opepb.org