Por Maldita.es
El creciente número de los denominados haters o trolls y sus discursos de odio alimentados por bulos son actualmente un grave problema en redes sociales y, en general, en toda la esfera digital. La desinformación daña y causa víctimas. Entre las principales están colectivos de personas migrantes, refugiadas y minorías religiosas. Para evitar alimentar la cadena del odio es necesario entender cómo ésta se difunde y se retroalimenta de desinformación y, a la vez, tenemos que construir una nueva narrativa enfocada a una cultura de paz.
El principal objetivo del proyecto “Ciberagentes de Paz”, financiado por el Ayuntamiento de Madrid, es: promover entre la juventud las y los jóvenes la Ciudadanía Digital Responsable y comprometida con los Derechos Humanos, la Cultura de Paz y la Agenda 2030. El proyecto de educación para el desarrollo (EpD) es una colaboración entre la Ongd Jóvenes y Desarrollo (JyD) y la Fundación Maldita.es. El proyecto está formado por diversas acciones como un itinerario formativo, materiales didácticos, talleres y un concurso para sus participantes. La iniciativa busca fomentar la integración en la diversidad, la conciencia ambiental y el consumo responsable, el respeto de los Derechos Humanos, la igualdad de género, el diálogo y la participación democrática para la construcción de un mundo más justo y solidario.
240 jóvenes participarán de diversas actividades formativas para entender qué son los discursos de odio, cómo se crean y difunden y cómo se alimentan de desinformación. Además, serán invitados a diseñar una acción de ciberprevención, partiendo de sus propias inquietudes, con el objetivo de proponer acciones de cambio concretas hacia un modelo de sociedad más sostenible, ética, humana e inclusiva, tanto en el mundo virtual como en el presencial.
QUÉ SON LOS DISCURSOS DE ODIO
Los discursos de odios son contenidos que incitan a la ejecución de actos de discriminación o violencia motivados por odio xenófobo, racial, orientación sexual ú otras formas de intolerancia. Los grupos vulnerables al odio suelen ser las personas migrantes, las personas negras, comunidades religiosas, históricas, étnicas y lingüísticas minoritarias así como las personas LGBTI.
Los discursos de odio online (bulos, difusión de estereotipos, hostilidad…) pueden llegar a convertirse en delitos de odio (una agresión, un robo, una discriminación en la prestación de un servicio…) recogidos en el Artículo 510 del Código Penal y en la Circular 7/2019, de 14 de mayo, de la Fiscalía General del Estado. Delitos que están motivados por los prejuicios del agresor hacia determinadas características de la víctima: el color de la piel, la religión, la orientación sexual, el origen nacional, etc.
Frecuentemente, se utiliza desinformación para alimentar discursos de odio: bulos sobre extranjeros que cobran ayudas mensuales más altas que la pensión de tu abuela, estudiantes de colegios públicos obligados a rezar en una mezquita o inmigrantes que no se van a vacunar. Las mentiras, repetidas una y otra vez, ayudan a perpetuar los prejuicios, los estigmas y la discriminación hacia esos grupos.
Otra estrategia común dentro del discurso de odio consiste en establecer una conexión sentimental con los seguidores a través de una supuesta lucha entre el bien -el emisor y su comunidad- y el mal -el “otro”-, normalmente un colectivo sometido a procesos de otredad y deshumanización. De esa forma, el “mal” es definido a partir de una diferencia cultural construida a partir del falso dilema nosotros X ellos. Esta técnica hace que sea más difícil empatizar con las personas que sufren el discurso de odio, estigmatizadas y deshumanizadas.
Cómo combatir los discursos de odio y promover la Cultura de Paz
Las redes sociales y, en general, el espacio digital favorece la rápida proliferación de los mensajes de odio haciendo que los y las jóvenes, por el uso intenso que suelen hacer de Internet, estén más expuestos a sus efectos.
Para combatirlos es necesario estar atentos a la información que nos llega, evaluar su contenido, verificar si se trata de un bulo y evitar compartir contenido de odio. Aquí os dejamos algunas ideas para que todos y todas nos podamos convertir en ciberagentes de paz:
- Desconfía siempre de los mensajes que ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos (como la crisis económica) o que son frutos de reacciones emocionales provocadas por miedo o rabia.
- Evita escribir o compartir mensajes reactivos y/o muy emocionales.
- En lugar de compartir contenido de odio (aunque sea criticándolo) es mejor utilizar tus redes para publicar iniciativas en positivo y textos o vídeos que fomenten la interculturalidad.
- Dedica parte de tu tiempo online a construir nuevas narrativas que destapen la diversidad y rompan el espacio creado artificialmente entre “nosotros” y el “otro”.